Esta mañana nos ha tocado hacer nuestro primer trabajo en grupo. He tenido la suerte de coincidir con 5 personas muy interesantes: María (la portavoz) y Roberto (ambos de química), Andrea de agrícola, Marina de francés y Eduardo de hispánicas.
Hemos puesto en común nuestras ideas y algunas experiencias y hemos llegado a varias conclusiones.
Creo que, en un primer momento, una persona que decide hacer estudios universitarios de un sector en concreto pretende, al acabar su carrera, trabajar en ese sector. El problema es que casi la mitad de la población no se dedica a lo que ha estudiado.
https://www.elblogsalmon.com/mundo-laboral/universitarios-asqueados-casi-la-mitad-se-arrepiente-de-la-carrera-que-estudio
Podríamos pensar que en los FP hay más éxito, pero según el artículo ofrecido en clase, sólo el 4% de los jóvenes optan por ciclos de formación profesional. Entonces ¿Dónde está el problema?
Según mi experiencia personal (cursé mi escolaridad en Francia hasta que me licencié allí) el problema de la mala orientación hacia el empleo reside en la falta de prácticas durante nuestra formación.
En Francia, por ejemplo, en 4to de la ESO (3ème) los alumnos participan a unas prácticas (una semana) en una empresa o un sector, elegido por ellos mismos así pueden empezar a tener una idea de lo que les espera al acabar su carrera.
http://etudiant.aujourdhui.fr/etudiant/info/stage-de-3eme-recherche-de-stage-3eme-d-observation.HTML
Esas prácticas me parecen muy interesantes ya que pueden ayudar al estudiante a elegir un tipo de bachillerato en concreto.
Durante el bachillerato el servicio de orientación del instituto así como otros profesionales externos al instituto pueden aconsejar a los alumnos a elegir una rama. Añadimos a eso ferias de empleo en las cuales los futuros universitarios pueden conocer empresas que les puedan parecer atractivas.
http://www.jeunes.gouv.fr/interministeriel/etudes-et-formations/lycee/article/orientation-au-lycee
Por otra parte durante la carrera nos hacen muchos casos prácticos de exposiciones en público, trabajo de grupo, prácticas en empresa y demás los cuales favorecen nuestro aprendizaje y nos hacen descubrir facetas, tal vez, desconocidas de nuestra personalidad.
En mi opinión creo que para orientar mejor hacia el empleo, además de nuestros estudios y de los profesionales a los que podamos acudir nuestra familia es una clave importante. En la educación y los valores que nos hayan podido enseñar se encuentra facetas de nuestra personalidad que son esenciales para tener éxito en nuestra vida profesional. Cada vez más numerosas son las empresas que acuden a profesionales para hacer pasar los procesos de selección, usando test psicológicos y otras pruebas donde no se evalúan los estudios que tenemos sino las cualidades de cada persona.
Para concluir me parece que se deberían dedicar más fondos a la orientación y a la preparación de nuestro futuro para que los trabajadores se sientan más realizados, menos frustrados y así la educación estará más vinculada con la sociedad en la que vamos a vivir.
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